miércoles, 29 de octubre de 2014

De luto por José María Manzanares / por Fernando Claramunt López



"...Querido José María Manzanares: Te escribo directamente al Cielo sin poner las señas exactas, seguro de que recibirás este mensaje. Habrás reencontrado ahora al primer Manzanares, (José Dols Cantó) ya abuelo de toreros, de quien fui amigo y admirador. Le recuerdo de novillero, en los años cuarenta, de negro con pasamanería blanca, toreando muy amanoletado..."


Torero alicantino y universal
De luto por José María Manzanares


Fernando Claramunt López
presidente del Circulo de Amigos de la Dinastía Bienvenida.
En el mes de octubre del año 2014 ha terminado en España la temporada taurina para comenzar en México, con sones de grandes pasodobles: "Cielo Andaluz", "Silverio" y "La Virgen de la Macarena". Los carteles en el país hermano anuncian a José Mari Manzanares, el hijo de un grandioso matador de toros que ahora mismo está llegando al Cielo. Por todo eso que sabemos los cristianos acerca de la Comunión de los Santos y de la Comunión de los Toreros, que casi es la misma cosa, le están dejando un sitio de honor en la tertulia que presiden Rafael "El Gallo" y don Manuel Mejías "Bienvenida", cabeza de gloriosa dinastía. A don Manuel le conocen, allí también, como "Papa Negro" de la torería. Ya le han reservado a José María un sillón, uno de los mejores, al lado del que ocupa en esas tertulias el maestro Antonio Ordóñez. Tenía que ser así porque la pureza y el arte del torero de Ronda pasó a manos de Manzanares, alicantino universal, y allí se ha quedado para la Eternidad. 



En 1969 Alicante, la hermosa ciudad mediterránea, hervía entre la primavera y el otoño de entusiasmos taurinos. Tres novilleros actuaban casi todos los domingos: Emilio Consuegra "El Lince," Pepe Luis Ortuño (cosidos y recosidos en las enfermerías" , decían mi padre y el doctor Reyes) y Manzanares. Los dos primeros sufrieron frecuentes y muy graves cornadas que acabaron apartándoles de aquella brava competencia. El 5 de julio de 1970 José María sufrió un puntazo, alternando con ellos dos, que no le impidió rematar la faena a su primer novillo. Pero el segundo astado, quinto de la tarde, le envió a manos de los médicos con herida contusa en región mentoniana y otorragia por lesión en conducto auditivo externo, de pronóstico reservado, que le impidieron continuar la lidia. José María bordaba el toreo cada tarde protegido por su terno blanco y plata. Fue así hasta que en Benidorm resultó corneado seriamente por vez primera y el vestido perdió su hechizo. Tengo a mano una fotografía de Soriano en que Manzanares brinda un novillo a mi padre el 30 de mayo de 1970 y otra, también de Soriano, del 18 de septiembre de 1971 en que actúa de testigo, todavía con cara de niño, en la ceremonia en que mi padre, como presidente de "Tauro-Club" de Alicante entrega un trofeo a don Eduardo Miura, de cuya divisa fueron los toros más bravos en la feria de ese año. 

La alternativa, de blanco y oro, la recibió en la feria alicantina de 1971 de manos de Luis Miguel "Dominguín", de rosa picassiano y oro, con "El Viti" de testigo, vestido "normal" de celeste y oro. Quiso Luis Miguel aconsejar paternalmente durante la lidia al toricantano, pero el recién doctorado demostró saberse muy bien la papeleta y no necesitar guía de ninguna clase. En 1972 mi padre no pudo ver las corridas del mes de junio, ingresado en un sanatorio alicantino en espera de entregar su alma a Dios. Hasta última hora preguntó como iban las corridas, si hubo buena entrada y si Manzanares había tenido suerte. Con las últimos ecos de la corrida de San Pedro mi padre se fue al Cielo. No tardaron en dedicarle una calle en Alicante y allí estuvo José María Manzanares conmigo y con el matador "Pacorro", en un gesto de amistad y compañía que no se puede olvidar nunca. Ese verano, el 10 de agosto, presidió José María una velada en honor a mi padre celebrada en el Casino, a la cual asistió don Ricardo García "K-HIto" venido expresamente desde Madrid. 

Querido José María Manzanares: Te escribo directamente al Cielo sin poner las señas exactas, seguro de que recibirás este mensaje. Habrás reencontrado ahora al primer Manzanares, (José Dols Cantó) ya abuelo de toreros, de quien fui amigo y admirador. Le recuerdo de novillero, en los años cuarenta, de negro con pasamanería blanca, toreando muy amanoletado. Una tarde salió de sobresaliente en corrida de toros, un extraño mano a mano de Juanito Belmonte y Jaime Noaín. En su etapa de banderillero me ayudó a redactar unas páginas para el tomo Vll del Cossío en torno a la psicología de los toreros de plata. Él, por su parte, publicó un libro muy sentido, cuya dedicatoria le agradezco, "Duende del Toreo" en 1989. Hay una foto en que aparece junto a Rafael "El Gallo". En otra está con Hemingway. Me acuerdo que "K- Hito" le dijo: "Más difícil que ser torero es ser padre de torero". Ya ves, ha sido abuelo de dos matadores grandiosos. A tu hijo le vi en Barcelona con don Fernando del Arco. Lidió de modo asombroso un toro jabonero enorme, muy bien armado. Nada más verlo salir del toril lo entendió con sabiduría, supo darle la lidia que le correspondía y crear a continuación arte. El arte de vuestra dinastía. 

Muchas personas escriben ahora elegías y homenajes a tu persona. Desde Venezuela me han llegado hoy mismo las palabras profundas y sinceras de Don Rafael Dupouy Gómez. En Madrid, en Alicante, en tu Sevilla, y en todas las ciudades del toro, habrá muchos actos en honor tuyo. Nosotros dos, querido José María, coincidiremos, a no mucho tardar, en tu tertulia taurina celestial, la que presiden Rafael "El Gallo" y el "Papa Negro". Recibe entre tanto el cariñoso abrazo de todos los miembros del Círculo de Amigos de la Dinastía Bienvenida y el mío propio, junto al de todos los alicantinos.

Fernando Claramunt López, presidente del Circulo de Amigos de la Dinastía Bienvenida.

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